Cómo quitar el óxido: productos y técnicas
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Aprende cómo quitar óxido en pocos pasos y muy fácilmente
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Es una de las principales dudas que nos trasladan nuestros clientes. Tienen una barandilla de un balcón o un objeto con un gran valor sentimental que presenta tal estado de oxidación que parece imposible que puedan volver a su estado inicial. Pues bien, esto ya no es problema, porque en este post te vamos a contar cómo quitar el óxido en pocos pasos y de forma rápida y sencilla. ¡Toma nota que empezamos!
Cómo quitar el óxido
Cuanto más pasa el tiempo, es más común encontrarse con que el metal se ha oxidado. Tiende a presentar manchas verdes y marrones que, en ocasiones, parece imposible que puedan eliminarse. Lo más habitual es que eso suceda tras exponer estos elementos de metal a condiciones climáticas que pueden ser adversas para este material; esto puede ser un patio al aire libre, jardines, humedad, etc.
¡Te damos una buena noticia! En este post te vamos a contar cómo quitar el óxido de tres formas diferentes. Con métodos caseros en los que deben intervenir esponjas abrasivas o cepillos metálicos; con productos químicos especiales para desoxidar el metal o el hierro y con herramientas eléctricas. Toma nota y adapta cada uno de ellos al objeto al que quieras eliminar el óxido.
Quitar el óxido: tres métodos infalibles
Remedio casero más utilizado
Uno de los métodos caseros que más se utilizan para quitar óxido es el siguiente. Necesitas una esponja abrasiva y una solución eficaz que te ayude a acabar con él. Nosotros recomendamos el bicarbonato de sodio que, junto con la esponja abrasiva, nos va a dar un muy buen resultado para eliminar el óxido.
En primer lugar, tienes que calentar un poco de agua y depositarla en un recipiente. Una vez el agua esté caliente (sin que queme) añade el bicarbonato de sodio. El objetivo es formar una pasta para después poder aplicarla fácilmente en el objeto a tratar. Dependerá de la superficie y tamaño del mismo la cantidad de pasta que generes.
Pasamos a explicar cómo quitar el óxido con este remedio casero. Pon un poco de pasta sobre la esponja abrasiva y comienza a frotar el objeto oxidado. Hazlo delicadamente ya que si lo haces de forma muy intensa puedes llegar a estropear la superficie del elemento de metal. Una vez hayas frotado toda la superficie deja que la pasta de bicarbonato actúe durante cinco minutos. Por último enjuaga con agua. ¡El resultado es maravilloso!
Al igual que en el método químico, puedes emplear un cepillo metálico para realizar este trabajo y eliminar el óxido de forma prácticamente definitiva, aunque se recomiendo utilizar la esponja o cinta abrasiva.
Utiliza productos especiales para quitar el óxido
Los remedios caseros que te contaremos en el siguiente apartado pueden, en algunos casos, darnos un excelente resultado a la hora de quitar óxido del metal. Pero hay momentos en los que no nos queda más remedio que recurrir a productos químicos. De hecho, por lo general, es la solución que suelen recomendar los profesionales.
Para quitar óxido con productos especiales tienes que asegurarte de que te proteges adecuadamente para manipularlo. La protección y seguridad en el bricolaje es de vital importancia cuando se manipulan líquidos peligrosos con lo cual, asegúrate de ponerte unas gafas de protección, mascarilla y guantes de trabajo siempre que vayas a trabajar con ellos.
Quitar el óxido en estado muy avanzado es muy sencillo utilizando productos químicos. Aplica el producto y frota con un cepillo metálico la superficie de hierro o metal oxidado. A continuación desengrasa bien con ácido sulfúrico o tricloroetileno y deja secar el tiempo que indique el fabricante. Algunos productos químicos desoxidantes son muy abrasivos, vigila que, una vez eliminado el óxido, no se dañe el metal.
Con herramientas eléctricas y accesorios especiales
Otra forma de eliminar el óxido es empleando una herramienta eléctrica. La amoladora o la multiherramienta eléctrica suelen ser las más habituales. Eso sí, siempre hay que adaptarlas para el trabajo con accesorios especiales como por ejemplo con discos abrasivos de láminas (tendrás que escoger el específico para cada tipo de material o estado de oxidación).
Uno de los aspectos más importantes en cualquiera de los dos casos es que, una vez hayas quitado el óxido, mantengas en buen estado el objeto de metal. Por eso te recomendamos que después de eliminar el óxido apliques un buen antioxidante, de esta manera evitarás tener que realizar el proceso de eliminación de óxido de forma recurrente.
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